La alta especialización del metabolismo sináptico depende no sólo de su anatomía específica, sino también de sus funciones principales. Dicho de otra forma, se podría considerar que la sinapsis tiene distintas vías metabólicas que dependen de la composición química del microentorno celular. Esto está en estrecha relación con la localización y las particularidades de determinados orgánulos, como son las vesículas sinápticas, las mitocondrias, la membrana celular o los receptores.
Las posibles vías metabólicas sinápticas vienen caracterizadas por los elementos cruciales y específicos que las forman, como son determinados aminoácidos específicos, proteínas, lípidos, y la regulación de la homeostasis del calcio y del metabolismo sináptico (incluyendo la función mitocondrial). La sinapsis es muy rica en lípidos que componen las vesículas donde se almacenan los neurotransmisores. Las membranas pre- y post-sinápticas difieren en su composición lipídica, e incluyen distintas proteínas intrínsecas y extrínsecas. La glía también es muy importante en cuanto a la regulación de las vías glicolíticas, así como el metabolismo del lactato y el glutamato, entre otras.
Gran variedad de lípidos
Comunicación neuro-astrocitaria
A pesar de que no está descrito de tal forma en la literatura científica, parece tentador definir vías metabólicas sinápticas principales, según los distintos puntos anatómicos de la sinapsis y sus componentes. En concreto, se deberían considerar las vías metabólicas de los aminoácidos, las aminas biógenas, los lípidos, las purinas, los neuropéptidos, los receptores sinápticos, así como el metabolismo energético. Todos ellos están interconectados y forman lo que, de forma genérica y global, se conoce como el “metabolismo sináptico”.
En esta sección podrá encontrar información sobre cómo se puede definir este metabolismo sináptico y cómo se ve afectado en distintas alteraciones neuropediátricas, incluyendo los errores innatos del metabolismo.