Todo lo que un ser humano crea se genera en el cerebro. El conocimiento neurocientífico no se limita a las áreas de investigación en un laboratorio o a la práctica clínica en la consulta o en los hospitales. Expresiones como el arte y todas sus facetas creativas, o el pensamiento científico, la ética y el comportamiento social, se explican por funciones biológicas cerebrales en respuesta a determinados estímulos ambientales y a características del entorno.
El conocimiento actual del funcionamiento cerebral hace imposible, para disciplinas humanísticas como la filosofía, la sociología o la psicología, aislar el hecho de que es en el cerebro, donde se organizan los pensamientos y las emociones. La neurociencia permite enlazar la humanística con las disciplinas científicas para crear nuevas áreas de estudio como el neuroarte, la neuroética, la neuroeducación, la neuroeconomía, etc.
Comprender el funcionamiento cerebral permitiría la confluencia entre el arte y la ciencia, y ofrecernos claves importantes sobre la condición humana y la forma en que organizamos nuestras sociedades. Esta es la base de la Neurocultura.
En esta sección podrá encontrar información sobre cómo funciona el cerebro en distintas áreas del conocimiento y la expresión artística.