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La fMRI en resposo proporciona información muy valuosa de las conexiones neuronales a nivel celular individual

 25 de junio 2013; por Elisenda Cortès-Saladelafont
Human connectome

Wang Z. et al, The Relationship of Anatomical and Functional Connectivity to Resting-State Connectivity in Primate Somatosensory Cortex.
Neuron, 78; 2013:1116-1126

Durante la última década ha habido un incremento importante de publicaciones sobre que ponen de manifiesto el interés creciente en el conexoma humano, no sólo a nivel anatómico, si no también a nivel funcional y metabólico.
 El trabajo recomendado publicado este mes en la revista Neuron  (ver referencia) demuestra que el estudio de las conexiones de una única neurona, así como las múltiples conexiones que ésta recibe, es posible a través de la resonancia magnética funcional (fMRI) en reposo.
La fMRI mide las diferencias en el metabolismo neuronal cuando se induce la activación de una área en concreto, al realizar el paciente una determinada acción. Utilizando este método se observó que se activaban distintas áeras a la vez y que la interpretación de la correlación entre ellas podía ser dificultosa. Se introdujo entonces una nueva idea: monitorizar el estado en reposo (o “resting state” o “task free”) analizando las fluctuaciones en la oxigenación cerebral en las distintas áeras. Existe una sincronización muy precisa en el tiempo de las áeras que estan relacionadas y conectadas entre sí, de forma que éste resultó ser un buen método para delucidar este entramado neuronal.
Lo que añade de nuevo este importante trabajo del equipo de neurocientíficos norteamericanos de Nashville, en colaboración con otros científicos hungareses, es la caracterización por primera vez de las conexiones que realiza una neurona individual, así como cuántas conexiones recibe esta misma de otras neuronas. El estudio ha sido llevado a cabo estudiando el córtex somatosensorial de una especie de primates, convinando imágenes de MRI de alta resolución, métodos invasivos para registrar la actividad eléctrica, y métodos ópticos para trazar las conexiones anatómicas.
Quizás esto no esclarece completamente nuestra comprensión sobre el funcionamiento global del cerebro, pues no se trata sólo de las conexiones a nivel macroscópico, si no también de una correcta cordinación a nivel metabólico y micromolecular. De todas formas, será una herramiento increíblemente útil para valorar las conexiones anómalas en patologías como el autismo, ciertos tipos de demencia y enfermedades degenerativas, así como patologías psiquiátricas, sin olvidar opciones más futuras pero venederas relacionadas con el ictus y opciones de regeneración tisular, y también transplante neuronal.
Quedamos a la expectativa de oír vuestras opiniones y cualquier aportación al respecto será bienvenida!